La Comisión Europea ha confirmado que los remanufacturadores de cartuchos de tinta para impresoras, que distribuyan estos productos con su propia marca, deben cumplir con los reglamentos sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
La Comisión ha aclarado que aquellos quienes rellenan y revenden los cartuchos, están sujetos a las mismas obligaciones que los fabricantes de cartuchos originales, y deben cumplir con lo establecido por la Directiva europea sobre RAEE.
Esta confirmación implica que las empresas dedicadas a este tipo de actividad deben informar y pagar por la recogida de residuos de los cartuchos que venden, y que los consumidores deben buscar el logotipo que los identifica como RAEE en los productos para asegurar que se trata de cartuchos ecológicos y conformes con las normas medioambientales, tanto si son originales como recargas por parte de terceros.
El anuncio por parte de la Comisión debería suponer una menor presencia de viejos cartuchos en vertederos, en favor de un mayor volumen de cartuchos destinados a su reciclaje y reutilización, lo que supone una buena noticia para el medio ambiente.